viernes, 25 de enero de 2008

Vivan los uniformes escolares

Creo que no es un doble gasto eso de que lleven uniforme, porque, a fin de cuentas, el niño/a llega a casa y se pone la ropa que hubiera usado durante el día... pero sin maltratarla tanto como lo habría hecho si fuese vestido así a clase y jugado con ella en el recreo (lo cual haría que los padres compren, por lo menos, tres veces más ropa, es decir, que gasten tres veces más).Además, el tiempo que gastan los padres al vestir a los pequeños y el tiempo que gastan los más grandecitos intentando vestirse como ellos y la moda quieren que se visten, podrían utilizarlo haciendo cosas que - de seguro - les gustarán más y les serán más provechosas que elegir qué ropa ponerse. Por otra parte, además, de que casa uno personaliza su uniforme, los uniformes no son tan "uniformes" porque la tela de la que están hechos los diferencia, porque la insignia diferencia a los coles, porque los zapatos son así o asá; es decir, siempre se van a diferenciar entre ellos y siempre va a haber algo que diferencie las clases sociales a las que pertenecen sus padres (y que deberíamos enseñarles que no se nace en ellas, sino que cada uno se hace lo que quiere hacer de sí en el camino).Finalmente, me gustaría decir que, a pesar de que los uniformes "oculten" algunas características de quien lo lleva puesto, la esencia siempre llega a relucir, y más bien deberíamos enseñarle a nuestros pequeños (y a los no tan pequeños) a no dejarse llevar por las apariencias, sino a juzgar bien el contenido.
Así que ¡que vivan los uniformes escolares!

Voto por el uniforme escolar

Hace tiempo que le vengo dando vueltas al asunto. Sobre todo desde que cada mañana tengo que vestir a mi hijo para ir al colegio –bueno, aunque público, que yo soy pobre, no pogre-. ¿Por qué diablos no podrán llevar un uniforme?. No solo me ahorraría un tremendo esfuerzo en pensar que le pongo cada mañana, sino que además, iría vestido igual que sus compañeros. Ni mejor ni peor, ni más pijo ni menos.
Yo pondría uno, un uniforme, igual para todos los niños. Desde el cuello de la camisa hasta la suela de los zapatos. Creo que en Japón se hace. Y eso sí, un mismo y único uniforme, ya vayan a colegios públicos, concertados, privados. Desde luego no es algo muy imaginativo, es algo, de hecho, bastante “uniformizador”, pero también tiene unas tremendas ventajas.
Por una parte, al vestir todos igual, ahorraríamos a sus padres tener que vaciarse los bolsillos por comprarles los vaqueros más caros o el jersey más a la moda, o desesperarse por no poder pagarlos. Por otra parte, los niños tendrían que aprender a distinguirse fijándose en cosas menos tangibles que la marca de las zapatillas. Cosas como la personalidad, la simpatía, el compañerismo... En fin, que lo que se les “uniformizase” por aquí, les obligaría a “diferenciarse” por allá. Toda una lección, perdonarme la malicia, de educación para la ciudadanía.
Creo que merece la pena probarlo.
Escrito por Yuste en "Desde mi púlpito"